Una antigua casa de campo acoge —a pocos minutos del centro de la capital— un espacio que transmite de forma impecable el aire rústico y campestre, con un jardín y un lago, además de privados interiores y un cuarto de juegos para los más pequeños. Decorado con materiales naturales comprados en mercadillos de antigüedades de Europa, ‘El Jardín de La Máquina’ huye de estridencias y reinventa objetos clásicos del campo como elementos principales de su diseño. En ‘El Jardín de la Máquina’ ya en la entrada, una parra invita a disfrutar de una agradable terraza con una hoguera en el centro. La zona principal está presidida por una barra, y el porche de la casa con una preciosa chimenea, dará calor en los días más fríos, y crea con sus vistas al jardín un contraste maravilloso. El jardín, que da nombre a la casa, es una de las zonas más especiales. Presidido por un lago y rodeado de olivos, cuenta con gran vegetación salvaje como el tomillo y la lavanda, que harán las delicias de los amantes de la naturaleza.